La biología de sentirse parte: lo que la ciencia revela sobre la salud y la conexión.
- LAURA MANNUCCI
- 22 sept
- 3 Min. de lectura

La ciencia de la conexión: cómo las relaciones influyen en nuestra salud
Durante décadas, la medicina se ha centrado en la dieta, el ejercicio y la medicación como pilares de la salud. Pero las investigaciones en psicología y neurociencia demuestran ahora que la calidad de nuestras relaciones es igual de poderosa para moldear la mente y el cuerpo.
Cuando las relaciones dañan
No todas las conexiones nos protegen. Las relaciones conflictivas o devaluantes pueden activar los sistemas de estrés del cuerpo: el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) y el sistema nervioso simpático. Esto resulta en niveles más altos de cortisol, presión arterial elevada y un aumento de marcadores inflamatorios como la interleucina-6 (IL-6) y la proteína C reactiva (PCR).
La exposición crónica a interacciones hostiles no es simplemente estresante, sino que representa un riesgo cardiovascular. Los metaanálisis dirigidos por Julianne Holt-Lunstad (2010, 2015) muestran que las malas relaciones sociales aumentan el riesgo de mortalidad precoz tanto como fumar hasta 15 cigarrillos al día, y más que la inactividad física o la obesidad.
Cuando las relaciones sanan
Por otro lado, las conexiones de apoyo y calidez estimulan la liberación de oxitocina, calman la amígdala y activan las vías parasimpáticas que estabilizan la frecuencia cardíaca y reducen la presión arterial. Es importante destacar que estos efectos positivos son mensurables.
Un estudio de la Universidad de Maryland (2005) reveló que la risa aumenta el flujo sanguíneo en aproximadamente un 20 % durante un máximo de 45 minutos, un beneficio comparable al de 15 a 30 minutos de ejercicio aeróbico. Otras investigaciones vinculan el apoyo social con niveles más bajos de IL-6 y PCR, marcadores de inflamación sistémica (Uchino et al., 2018; Yang et al., 2014). Estos efectos biológicos explican por qué las personas que se sienten apoyadas se recuperan más rápido de enfermedades y heridas, y reportan menos infecciones.
El camino del medio
El conflicto es inevitable; incluso las parejas o amigos sanos discuten. La diferencia radica en la reparación y el respeto. Los desacuerdos con personas de confianza no tienen el mismo costo biológico que el caos crónico de las relaciones donde nos sentimos criticados. Lo que protege la salud no es la ausencia de conflicto, sino las presencias con las que es posible sentirse a salvo, la capacidad de reparación y la conexión.
¿Qué pequeñas conexiones te parecen seguras en este momento para poder probar?
El amor y la conexión no son solo emociones; son reguladores biológicos. Los pequeños momentos cotidianos, una risa compartida, una mano sobre el hombro, un mensaje que dice "¡Hola!" ayudan al sistema nervioso a estabilizarse y al sistema inmunitario a funcionar con mayor eficiencia.
No podemos eliminar enfermedades ni curar a otros sólo a través del amor, pero podemos reducir el “desgaste” de nuestro cuerpo cultivando relaciones que nos aporten seguridad y significado.
y si te animaras a probar algo pequeño hoy? Laura.
Referencias si queres explorar más sobre el tema.
Holt-Lunstad J, Smith TB, Layton JB. (2010). Relaciones sociales y riesgo de mortalidad: una revisión metaanalítica. PLoS Med, 7(7).
Holt-Lunstad J, Smith TB, Baker M, Harris T, Stephenson D. (2015). Soledad y aislamiento social como factores de riesgo de mortalidad. Perspect Psychol Sci, 10(2).
Miller M, et al. (2005). Risa y función vascular. Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
Uchino BN, et al. (2018). Apoyo social, integración social y citocinas inflamatorias: un metaanálisis. Psicología de la Salud, 37(5).
Yang YC, et al. (2014). Relaciones sociales e inflamación. J Health Soc Behav, 55(3).
¡Este era uno de mis favoritos cuando estaba en la universidad!
Jetten, J., Haslam, C. y Haslam, SA (Eds.). (2012). La cura social: identidad, salud y bienestar (1.ª ed.). Psychology Press.
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